Broken Arrow parte 3





Me levanto perezoso y lento. Previamente había dado media vuelta en el saco de dormir cuando el sol me despertó. Como algo, recojo, cargo la moto con extrema tranquilidad y no arranco hasta las once de la mañana. Quedan unos kilómetros de asfalto antes de llegar a la Gaat Mezwar y desde lejos veo una nube de polvo sobre la gaat, como si hubiera una pequeña tormenta localizada sobre ella. Una vez allí compruebo que hay un gran trasiego de camiones militares y de movimiento de tierras, menuda polvareda levantaban. En las fotos que hice en la gaat parece que estaba en plena tormenta de arena. Al salir de la gaat comienzo a encontrar tramos de la carretera construída por los españoles cuando estuvimos por allí que une Hausa con Jdiria. Subiendo a la meseta en cuyo borde se encuentra Jdiria se conservan tramos totalmente intactos. La hicieron a conciencia. Me acerco al pueblo pues tengo intenciones de volver a ver a un maestro que conocí allí el año pasado sin suerte, no estaba. Nada más llegar el tipo que se presenta como el responsable me pide mis datos pues tiene que dar parte a laGendarmería de los transeuntes que allí recalan. Me invita a pasar dentro de su casa y me bajo de la moto. Me indica que la deje en el parking, junto a la tapia. Que está en mitad del camino. Me llamó la atención porque allí no se veía nada con motor y es más, puede incluso que Lucre fuera el único animal motorizado que paso por allí aquel día. Le dejo una fiche y así se ahorra tener que escribir todos mis datos. Me invita a te y a pan con aceite y ketchup y unas aceitunas. No es el mismo caid que vi allí el año pasado y me comenta que él es de Smara y que el puesto de caid es rotatorio y sólo está allí cuatro meses. Después de un rato de charla continuo el camino hacia El Boirat.


Es una pista rápida muy bonita y agradecida para conducirse, de todo un poco: piedra, arena, tramos llanos de buen camino. Muy solitaria y la pesadilla de mis ruedas. El año pasado rompí un neumático del Verde y este año he encontrado un par de buenos bollos en la llanta delantera. Disfruto mucho con este recorrido, tanto como la otra vez que pasé por allí.

Llego otra vez a ese barranco a pocos kilómetros de El Boirat que tan honda impresión me produce y como la primera vez que lo vi y las sucesivas, me paro a recorrer a pie aquel lugar que tantas noches en vela ha visto pasar a los soldados marroquíes que defendían aquella posición. En los bordes del barranco están bastante bien conservadas las construcciones defensivas y unido al desolador aspecto del barranco pedregoso, desaliñado, silencioso no me deja indiferente este lugar. El 24 de agosto de 1976 el Frente Polisario lanzó un violento ataque sorpresa contra El Boirat donde se encontraba la 3ª División Blindada de las F.A.R.resultando numerosísimas bajas entre soldados y oficiales marroquíes y gran parte de material, incluidos numerosos carros T-54, perdidos. Liberaron además una cantidad importante de prisioneros  polisarios. Siempre traigo de allí algún casquillo o algún trozo de metralla retorcida.


En el fondo del barranco se para Lucre. Esta vez no quiere arrancar. Me quito la armadura y empiezo a revisarla. Empiezo por la bujía; está bien conectada y el color del electrodo no es óptimo, muy claro, pero todo está en condiciones pero no hay chispa. Sigo con el filtro de aire que resultó en Smara. Esta bastante bien, lo sacudí la tarde anterior y seguía en buenas condiciones. Cuando iba a cerrar la tapa del filtro de aire la vista se me fue a la bobina de alta que está cerca. Vi que uno de los dos conectores fast-on no estaba bien introducido en su macho, lo llevé hasta el fondo y Lucre arrancó al momento. Esa era la avería!. Aunque El Boirat estaba a como mucho diez kilómetros, dejar a mi Lucre sola en aquel lugar tan siniestro no me hacía especial ilusión. Continuo más tranquilo hasta El Boirat dándome cabezazos virtuales por la avería tan insignificante que me ha estado molestando todos estos días. Sigo desde El Boirat por la nueva "autopista" y aunque llevo tiempo de sobra antes que anochezca y en Assa está mi pastelería de referencia en la zona, decido quedarme una noche al sur del Uarkziz. La pastelería seguirá allí mañana esperándome para el desayuno.


Cruzar el Ouakziz en sentido Norte siempre me cuesta. Es una frontera entre el Sur y el Gran Sur, solitario y desolado que tanto me atrae. Pero los cinco escasos kilómetros que me separan de la montaña no dan para mucho y de nuevo paso por Foum Neguev y me paro otra vez a visitar las construcciones defensivas. Me espera la pastelería en Assa y muchos kilómetros de asfalto hasta Foum Zguid. El recorrido por asfalto es bonito, está jalonado de curiosas formaciones rocosas y oasis. Lo hago a una velocidad de 90/100 Km. hora disfrutando del paisaje. En Foum Zguid tomo la pista directa a Zagora. El piso, como decía Angel Nieto, está muy mejorado. Están trabajando en todo su recorrido para asfaltarla en breve y se puede circular rápido.



Llego a Zagora en poco más de una hora. Me voy directo al taller de Aziz y Mohammed para que me reparen la llanta pero es tarde y lo dejamos para la mañana siguiente. Me ofrecen dejar la moto en el taller durante la noche y me instalo en un hotelillo muy acogedor que hay cerca del taller. Llamo a Jota que me abronca, como lo hace él sin violencia y con delicadeza, por no haber parado en su casa. No quería molestarlos pero no volveré a hacerlo porque además están usando ahora su casa como alojamiento para viajeros. Por 10€ noche se puede disfrutar de toda la casa, cocina incluida y del desayuno, aunque la mayor parte de los visitantes contratan el extra de la cena cocinada con esmero por Hanna. Ya lo sabéis, en Zagora ya no hay que buscar hotel, en la casa tiene seis plazas, tres en una habitación y otras tres en su acogedor salón. Mientras reparan la llanta a martillazos hago una visita a Jota y Hanna. Nos tomamos un té mientras nos ponemos al día y los dejo tranquilos porque Hanna tiene que llevar a Miguel a vacunar y Jota tiene que preparar el equipaje pues sale para casi veinte días en tres viajes con clientes que tiene contratados. Vuelvo más tarde para comer con ellos y pasamos una agradable sobremesa de charla que se prolonga hasta que ya no hay luz del Sol. Los vuelvo a dejar y me voy a pasar el rato con los chavales del taller. Por allí aparecerían Hanna, Miguel y Jota a recoger su coche y aprovechamos para despedirnos. Por la mañana me levanto dispuesto a poner fin a esta flecha rota. Cargo la moto en el taller y me despido de los mecánicos. Me quedan unos 250 km. para unir la punta y la cola de la flecha.



Tomo el camino más directo y me encuentro que la pista que pasa por el Tizi´n Tafilalet ha sido mejorada y permite circular rápido, así hasta Oum Jrane. Desde allí continúo en dirección E, directo a las dunas del Erg Chebbí. A primera hora de la tarde llego a Taouz. Han sido cuatro horas desde Zagora para un recorrido que antes hacía en un par de días. Llamo a Jorge, mi ángel de la guarda en la distancia durante estos días, para decirle que ya he acabado la excursión mientras tomo un refresco en la terraza de un albergue. Gracias por estar siempre pendiente. Se han acabado estos doce días de redescubrir estos parajes a lomos de mi fiel Lucre. Siento que quiero más y decido que voy a seguir en dirección E hasta Figuig. Recorro los escasos treinta kilómetros que me separan del albergue Erg Chebbí que es como mi casa, allí está el coche, todas mis pertenencias y una confortable habitación con ducha. Todo sigue tranquilo, aún no han llegado los turistas de la navidad.




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